La mano
Todos nos asustamos sin querer de vez en cuando. Por lo general, este miedo dura un instante hasta que nos damos cuenta de lo que pasa y nos reímos de nosotros mismos. Al cerebro de esta persona le tomó más tiempo de lo común entender lo que estaba sucediendo. Una noche, este individuo se despertó y vio una mano misteriosa en la almohada. Como estaba medio dormido, sucumbió ante el pánico de inmediato.
¡¿A quién le pertenecía esa mano?! Este individuo se quedó congelado y esperó a que la extremidad amenazante se moviera, pero no pasó nada. Al final, decidió arriesgarse y se movió. Para su horror, la mano se movió al mismo tiempo. ¡Gritó a viva voz y se levantó de la cama de un salto! Solo entonces se dio cuenta… de que, todo este tiempo, la mano que lo asustó había sido la suya.