#3: Cuida tus palabras
La mayoría de nosotros hemos experimentado la humillación de oír una grosería salir de nuestra boca en el peor momento. Puede que fuera en el auto con tus hijos o en una cena con tus futuros suegros. En cualquier situación, puede crear un aire de incomodidad. Pero decir palabrotas en el trabajo suele ser un gran no. Supongo que nadie le dijo eso a Aaron Paul.
Aaron llevaba casi 10 años esforzándose para triunfar como actor cuando audicionó para Breaking Bad, y se describió a sí mismo como “completamente desesperado” en aquel momento. A pesar de la mala audición, lo trajeron de vuelta para una segunda ronda, y el resto es historia. En retrospectiva, las groserías deben de haber valido la pena, ya que el personaje de Aaron, Jesse, es famoso por utilizar un lenguaje… pintoresco.