Una navidad muy divertida
¡Que la familia real sea inmensamente rica no significa que no pueda dejarse llevar de vez en cuando! Tienen la simpática tradición de intercambiar regalos intencionalmente graciosos. Además de ser gracioso, cada regalo está personalizado para que la broma sea aún más divertida. ¿Qué más se le puede regalar a alguien que ya lo tiene todo?

Estos regalos de broma son de todo menos lujosos. Un año, Catalina le regaló al príncipe Enrique un kit “Cultiva tu propia novia” (antes de que conociera a Meghan) y el príncipe Guillermo le regaló a su abuela, la reina, unas pantuflas con el rostro de ella impreso. El príncipe Enrique era el rey de los regalos de broma. Una vez le regaló a su abuela un gorro de ducha con una frase explícita, que a ella le encantó. Otro año, le regaló un pez animatrónico para que colgara en la pared.