Declaración fiscal de la reina
La monarquía británica nunca ha tenido que pagar impuestos. De hecho, una parte del dinero de los contribuyentes británicos se destina a mantener a la familia real y su estilo de vida. Como sabemos, la sociedad ha cambiado bastante y nuestras expectativas respecto de la familia real son muy diferentes a las de hace unos siglos. Por eso, la reina Isabel II empezó a pagar sus propios impuestos en 1992.

La reina Isabel y su marido empezaron a pagar voluntariamente el impuesto sobre la renta de las personas físicas y parece que la familia real sigue haciéndolo tras su fallecimiento. Sin embargo, la familia real está exenta de otros impuestos que pagamos los ciudadanos comunes. Por ejemplo, parece que el rey Carlos III está exento de pagar el impuesto de sucesiones del 40% que tienen que pagar todos los demás ciudadanos.